Oraciones de Juan Cepeda H.
[A nuestra Señora de Espíritu Santo]
Querida Mamá:
hoy vengo a sus pies,
y delante de su corazón
purísimo,
mirándola empequeñecido,
espero confiando,
rogando
que me alcance
de su Santísimo Esposo
la gracia, la virtud y los dones
necesarios
para vivir en continua oración
y en permanente presencia
delante de Dios,
sin hacer nada más
que lo que Papá quiere que haga,
sin decir nada más
que lo que Papá quiere que diga,
sin pensar nada más
que lo que Papá quiere que piense,
sin sentir nada más
que lo que Papá quiere que sienta,
sin dejar de hacer nada
que no sea lo que Papá no quiera;
alcánceme del Señor Jesús,
por favor,
la conversión de mi vida y, así, renovado
y apasionado en pureza
adore, agradezca, alabe, bendiga, glorifique,
me anonade y me complazca
en el misterio de los misterios
del Corazón de Dios Padre-Hijo-Espíritu Santo
por siempre,
¡oh Mamá santísima,
sagrario vivo de Espíritu Santo
y, por consiguiente, relicario de santidad!
Amén.
______________ † ______________
[Saludo]
Papá, Señor Jesús, mi Paráclito,
Mamá, san José, san Miguel Arcángel, Efrencito
Miguelito, Pachito, Karito,
Hermano Francisco, Hermana Clarita,
Padre Pío, santa Gemita, san Charbel Majlouf, santa Filomena,
mis queridísimas Martica Robin, Lutgarda de Tongres, Catalina de Siena, Osanna Andreasi, Lucía de Narni, Verónica Giuliani, María Francisca de las Cinco Llagas, Catalina Emmerick, María von Mörl, Domenica Lazzeri, Mariam Baouardy, María Julia Jahenny, Bárbara Pfister, Helen Pelczar, Dina Belánger, Teresa Neumann, María Rosa Ferron, María Bolognesi, Natuzza Evolo, Antonietta de Vitis, Catalina Rivas,
santa Inés, Laurita Vicuña, Isabel Cristina Mrad, Benigna Cardoso, pequeña Emmita,
san Juan, apóstol y evangelista,
¡alegrémonos en el Corazón de Dios!
Por la señal de la santa Cruz
de nuestros enemigos líbranos
Señor Dios nuestro.
En el nombre del Padre,
del Hijo,
del Espíritu Santo.
Amén.
Padre nuestro que está en los Cielos,
santificado sea su nombre,
venga su Reino,
hágase su voluntad como en el Cielo así en la Tierra,
denos hoy el pan de cada día,
perdone nuestras ofensas como perdonamos a los que nos ofenden,
no nos deje caer en tentación
y libérenos del Malo.
¡Alégrese, llena de gracia,
el Señor está con sumercé;
bendita entre las mujeres
y bendito el fruto de su vientre:
Jesús!
Santa María, Madre de Dios,
ruegue por nosotros, pecadores,
ahora
y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.
______________ † ______________
San Miguel Arcángel,
mi Defensa y Compañía,
no me desampare
ni de noche ni de día:
las horas que pasan,
las horas del día,
si sumercé está conmigo
serán de alegría,
no me deje solo,
sea en todo mi Guía,
sin sumercé soy pequeño
y me perdería;
venga siempre a mi lado:
su mano y la mía.
San Miguel Arcángel,
mi Defensa y Compañía,
bendita la luz del día
y el Señor que nos la envía,
bendito el niño Jesús,
bendita santa María.
Cuatro esquinitas tiene mi casa,
cuatro Angelitos guardan mi alma;
con Dios me acuesto,
con Dios me levanto,
con la Virgen María,
en Espíritu Santo.
Amén.
______________ † ______________
Venga Espíritu Paráclito,
de los suyos la mente a visitar,
a encender en su amor los corazones
que de la nada gustó crear.
Sumercé, el gran Consolador,
Don altísimo de Dios,
Fuente viva, Amor, Fuego ardiente
y espiritual Unción:
tan generoso en dádivas,
Poder de la Diestra paternal,
Promesa magnífica del Padre
que el torpe labio viene a soltar.
Con su Luz ilumine los sentidos,
los afectos inflame con su Amor,
con su Fuerza verdadeante fortifique
la corpórea flaqueza y corrupción;
lejos expulse al pérfido enemigo,
denos pronto su Paz,
siendo nuestra auténtica Armonía
toda culpa logremos evitar.
Denos su influjo conocer al Padre,
denos también al Hijo conocer,
y en sumercé, Espíritu Santo,
para siempre creer.
A Dios Padre: alabanza, honor y gloria,
con el Hijo que un día resucitó,
y a sumercé, verdadera Vida del cristiano,
por los siglos se rinda admiración.
Amén.
Espíritu Santo:
ilumínenos y santifíquenos.
Venga Espíritu Santo
a llenar los corazones de sus fieles
y a encender en ellos
el Fuego de su Amor.
Padre Santo:
envíenos su Espíritu
y renueve la faz
de mi familia,
de Campana,
de Boyacá,
y de toda la humanidad.
Amén.
______________ † ______________
Papá, por favor, sumercé
transforme nuestros corazones,
moldéelos a su gusto;
háganos gustar
lo que sumercé gusta;
háganos rechazar
lo que le disgusta;
enséñenos sus virtudes
para que nos guste practicarlas
y nos llenemos de gozo en su presencia;
libérenos del pecado
para que degustemos su Amor.
Amén.
______________ † ______________
Brazos rígidos y yertos
por dos garfios traspasados
que aquí están, por mis pecados,
para recibirme: abiertos,
para esperarme: clavados.
Cuerpo llagado de amores
que adoro, contemplo y bendigo:
hoy, Señor de los Señores,
quiero compartir sus dolores,
y subiendo a la Cruz le sigo.
Quiero en la vida seguirle
y por sus caminos irle
alabando y bendiciendo,
y bendecirle sufriendo
y muriendo bendecirle.
Que no ame la poquedad
de cosas que van y vienen,
que guste la austeridad
de estos sentires que tienen
sabores de eternidad.
Que sienta una dulce herida
de ansia de amor desmedida,
que ame su Ciencia y su Luz,
que vaya, en fin, por la vida
como sumercé está en la Cruz:
de sangre los pies cubiertos,
llagadas de amor las manos,
los ojos al mundo muertos
y los dos brazos abiertos
para todos mis hermanos.
Amén.
______________ † ______________
Que la Sangre de nuestro Señor Jesucristo nos proteja hoy, en todos nuestros caminos, proteja a cada uno de nuestros familiares, amigos y conocidos, y nos conduzca –a todos los seres humanos– a la pureza del Corazón de Dios.
Amén. ¡Jesús!
______________ † ______________
Madre mía, esperanza mía,
me acojo bajo su Manto,
a él quiero vivir y morir,
libéreme de todo pecado
en este día
y deme su santa bendición:
En el nombre del Padre,
del Hijo,
del Espíritu Santo.
Amén.